El caso de Daniel Sancho, a la espera de juicio por el supuesto asesinato y desmembramiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, ha despertado un elevado interés mediático y una ola de conjeturas sobre el crimen presuntamente perpetrado por el hijo y nieto de actores españoles. Una de las grandes preguntas es qué le pasa por la cabeza a Sancho para cometer el escabroso crimen y el psiquiatra forense José Carlos Fuertes ha explicado en MVT algunas de las claves desde el punto de vista médico.

Según explica el psiquiatra, lo que sorprende es la actitud inicial que tenía el sospechoso que "parecía corresponderse con una frialdad o pasotismo" pero según se van conociendo más detalles del caso Fuertes cree que lo que siente es un "sentimiento de culpa y descarga". En este sentido, el médico indica que le "da la impresión que el muchacho se siente aliviado" y "parece que venía sufriendo un acoso, presuntamente". En referencia a esas supuestas amenazas el psiquiatra alega que en el caso de haber sido sometido a una relación forzada o no consentida, habrá decidido "a lo hecho pecho y a ver como me monto la vida en este lugar".

En relación al carácter escabroso, el psiquiatra subraya que cree que hay tantos perfiles de asesinos como personas y lo que sí está claro para él es que "este muchacho no es un psicópata". "No tiene que ver la frialdad con la que aparentemente cuenta las cosas con la que tendría un sujeto con un trastorno de personalidad", explica el médico. "Este individuo yo creo que lo que está es sorprendido, está en shock y además, tiene el perfil de novato que no tiene ninguna experiencia criminal" añade el experto.

Al analizar el dato de las compras de los materiales, José Carlos Fuertes ha expresado que puede haber un elemento premeditado o preparado. "Nadie va comprando cuchillos, bolsas, detergentes o un kayak si no tiene un objetivo previsto" señala el psiquiatra. Desde ese punto de vista, Fuertes cree que podría haber llegado a la conclusión "después de meditar y reflexionar, que la única forma de librarse de la víctima era eliminarlo".