David, el padre Álex, el niño asesinado en Lardero,ha comparecido este miércoles en el juicio al asesino intentando mantener la entereza recordando lo ocurrido. Lo ha hecho ante la completa pasividad de Almeida, que ni siquiera se ha girado a mirarle cuando ha roto a llorar asegurando que tanto él como la madre de Álex están "muertos en vida".
Sin duda, ese ha sido uno de los momentos más duros que se han vivido en la sala. El padre ha asegurado que a su hijo se lo llevaron a la fuerza porque le daban miedo los perros. Por ello, considera que no hubo excusa que Almeida pudiera utilizar para que el pequeño lo acompañara voluntariamente.
Durante las dos horas y media de sesión se ha escuchado también a otros vecinos, que han relatado cómo Almeida se sentaba en un banco "móvil en mano" y miraba a los niños. En la zona lo tenían fichado e incluso le hicieron esta foto días antes del crimen. Como ha explicado una vecina "se la hicieron porque se quedaba mucho mirándoles, no les gustaba".
Niños y padres ya estaban alerta. Sabían que lo había intentado con otros menores a los que seguía y les invitaba a ir a su casa con la excusa de ver sus animales. Incluso lo intentaron denunciar, pero los agentes dijeron a la madre de una de las niñas a las que seguía que no podían hacer nada porque no había pasado nada. Los que han declarado creen que la muerte de Álex se podía haber evitado.