Pesadilla en la cocina viaja a Valencia para acudir a la llamada de auxilio de los San Filippo, una familia siciliana de tradición hostelera que a pesar de haber tenido éxito profesional en el pasado hoy vive una situación cada vez más desesperada. Los clientes no entran y los que entran no vuelven.
Debido a la mala marcha del restaurante, la madre y el hijo mayor decidieron darle un giro a su cocina y hacer fusión italiano-española. El resultado: platos sin identidad, patatas bravas que no pican, paella con aroma a pesto espaguetis con nata cortada o calamares aderezados con tinta de calamar que puede resultar tóxica.
Además, el carácter del hijo mayor no ayuda a que el restaurante pueda remontar. Su inexperiencia y su afán de mandar por encima de sus padres en el negocio hace que la situación cada vez sea más crítica. Alberto Chicote tiene que colmarse de paciencia.
Así es el bar del C.D. Estoril II
"Estas croquetas parecen la Bahía de Ha-Long de Vietnam": Chicote alucina con la comida del bar del Estoril
Alberto Chicote prueba la comida del restaurante Estoril, en Móstoles. Desde "croquetas congeladas" a los peores calamares del mercado: "Te vuelve el bocadillo a la cara, te duele hasta los dientes".