Arturo Béjar, el hombre que llevó a Mark Zuckerberg ante el Senadode Estados Unidos, trabajó durante seis años en las herramientas de protección al usuario de Facebook. Abandonó la compañía en 2015, pero, tras la mala experiencia que sufrió su propia hija en Instagram, decidió volver: a su regreso, sin embargo, se encontró con que no había ni rastro de las medidas de seguridad que él mismo había desarrollado.
El nuevo jefe de ingeniería del área, de hecho, "no sabía de nada del trabajo que se había hecho anteriormente". "Cero memoria corporativa", insiste el exdirectivo de Meta, que señala que Facebook "borró" todas las herramientas de protección y cuidado que él creó: "Borró las hojas de información, deshizo los equipos", reprocha.
"A cambio habían puesto un botón que hacía que la gente pensara que había reportado algo cuando no lo había reportado y sabían qué era lo que estaban haciendo", denuncia el ingeniero, que explica a Gonzo que la compañía hacía creer a los usuarios que habían denunciado, cuando en realidad no era así: "El botón azul era mentira", confirma.
La empresa, sostiene, diseñó voluntariamente esa 'falsa herramienta' "para reducir el número de reportes que estaban entrando": "Yo lo viví, lo hablé con la persona que lo construyó", insiste. Pero, ¿quién tomó la decisión de eliminar las medidas de seguridad para sustituirlas por otras falsas? "Una cultura de una compañía que se le había olvidado lo que era importante en este departamento", resume Béjar.
El objetivo del equipo de Instagram, incide, debía ser dar "a un menor un botón para poder decir que está recibiendo algún tipo de acoso", pero se dio cuenta de que "no podía hacer eso": "Cuando ponía una propuesta, en el momento que se mandaba a revisar desaparecían las propuestas", detalla. Fue así como se dio cuenta de que había "un problema más grande".
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