Franco construyó el Valle de los Caídos en honor a su cruzada. Por eso, sacar al dictador iba a tener en contra la furia de tres aguerridos soldados: Los últimos cruzados de Franco. El primero, Francis Franco, un nieto que juró defender a su abuelo hasta el final. "No vamos a facilitar que el Gobierno juegue con la momia de mi abuelo", aseguró en una entrevista concedida a la Cadena COPE en 2018.

Un soldado curtido en la batalla desde sus días de infante. El Gobierno le ofreció templar las armas. Pero él estaba aquí para luchar, no para negociar. "Es imposible negociar porque lo que quieren los nietos de Franco es que dejen en paz de una vez los restos de su abuelo", aseguró Luis Felipe Utrera Molina, abogado de los Franco.

Todas las incursiones del nieto 'cruzado' chocaron contra la justicia. La última, en el Tribunal Supremo, que ha tumbado un recurso 'in extremis'. "Ha sido todo un trabajo de obstaculización permanente, recursos y más recursos. Lo que pretendían era que el proceso no se llevara a cabo, por lo tanto la relación no ha sido la adecuada", ha afirmado Fernando Martínez, exdirector general de Memoria Histórica en 2018-2019.

En la misma línea se ha expresado Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica: "El Gobierno debería haber sido más valiente y tajante. Debería haberle dicho a la familia: 'Tú te vas a hacer cargo, yo te doy un plazo para recogerlo y no te voy a permitir que sea aquí, aquí o aquí'".

El prior del Valle de los Caídos tenía encomendada la parte sagrada de la misión: es el 'cruzado' castrense de la orden benedictina. "Nosotros, como monjes benedictinos, queremos resaltar al pie de la santa cruz", destacó en una entrevista Santiago Cantera. Es el 'ángel custodio' que en nombre de dios juró velar la momia del dictador hasta su último aliento.

"Esto se puede prolongar durante mucho tiempo", llegó a asegurar el prior sobre la exhumación de Franco, pero su misión entró en problemas cuando sus comandantes le aconsejaron abandonar. "La iglesia siempre es casa de puertas abiertas para todos, para entrar y para salir", apuntó el Cardenal Osoro, que anunció en 2018 que la Iglesia no se opondría a la exhumación. Sin otra opción, Cantera abandonó el campo de batalla mientras sus fieles franquistas le besaban la mano.

El último cruzado de Franco no luchaba con una espada.Hace unas semanas, laSexta encontró al juez Yusti. Queríamos saber si pretendía seguir paralizando la exhumación del dictador, pero el último 'cruzado' de Franco no quiso desvelar su estrategia.