Hay varios aspectos que sirven para distinguir el aspecto de una croqueta casera de una congelada. La primera es su forma. Cuando todas las croquetas tienen el mismo tamaño y forma es mala señal, como explica Pablo Ojeda en el vídeo de portada.
Su interior también da pistas. Las congeladas tienen un aspecto parecido a una pasta. También son más aceitosas por fuera. Sin embargo, cuando una croqueta es más cremosa y uniforme es señal de que es casera.
Dicho esto, Ojeda explica que hay un dicho que defiende que todo buen restaurante tiene que tener croquetas caseras y distinguirlo esto, defiende, sirve para descartar los buenos de los que no lo son.