Don Rafael Nadal Parera resolviendo el entuerto a Felipe VI y a Pedro Sánchez es un giro inesperado de los acontecimientos que no vimos venir. Es el verdadero milagro de la Navidad. Un marrón menos. Un Borbón menos al que invitar a cenar. Un tema delicado que no saldrá en el brindis y tampoco en los postres. Un juego de sábanas que aún no habrá que estrenar porque no hay invitado sorpresa.
“Felipe, las caras”, dirá Letizia. Y el monarca saldrá la noche del 24, hará los típicos gallos en la voz a los que nos tiene acostumbrados, y nos dirá que somos los mejores, que gracias por resistir y que vienen tiempos complejos para el Estado de Derecho y los derechos y libertades que nos hemos dado con la Constitución del 78. Luego nos dirá que juntos saldremos de todo esto y se entregará al langostino como cualquier mortal. ¿La familia? Bien, gracias. Bien lejos. Vamos, Rafa.
El positivo por covid del tenista mallorquín horas después de cenar con el rey emérito también habrá generado un suspiro de alivio en Pedro Sánchez, que ya se veía maquillándose para comparecer de nuevo (esta vez sí para decir algo, no como el domingo) porque Juan Carlos I sigue empeñado en pisar el país al que siguen diciendo algunos que trajo la democracia. Solo, ya saben, sin ayuda de nadie.
Nadal publicó el lunes un hilo en su cuenta de Twitter para informar y tranquilizar a sus 15,6 millones de seguidores y las alarmas y la chufla se dispararon en el tercer mensaje. Alarmas y bromas nuestras, rojigualdas, porque la mayoría de los mensajes le deseaban una pronta recuperación en inglés.
Pero es que solo a nosotros nos incumbe, nos afecta y nos entretiene con quién compartió menú hace un par de noches después de perder un partido contra Denis Shapovalov. Mesa, mantel y pose para las fotos. Ni rastro de mascarilla ni distancia de seguridad. Justo lo que sí se puso Carlos Moyá, extenista y actual entrenador del de Manacor, a juzgar por las imágenes.
"Estoy pasando unos momentos desagradables pero confío en ir mejorando poco a poco. Ahora estoy confinado en casa y he informado del resultado a las personas que han estado en contacto conmigo", explicó Nadal. Porque entre los contactos más próximos estaba el que aún no sabemos por qué se fue con destino a Abu Dhabi en agosto de 2020. ¿Y cómo se le comunica a un rey que tiene que confinarse? ¿Juan Carlos I tiene whatsapp?
Los resultados de la PCR al llegar a España (para que luego digan que los aeropuertos son un coladero, se dirá Sánchez, copa de balón en la mano) confirmaron que el tenista tendrá que cambiar planes vitales y profesionales durante los próximos días.
Lo mismo que se habría visto obligado a hacer el suegro de Letizia Ortiz Rocasolano. Pero su PCR dijo no. La Casa Real se apresuró en confirmarlo la tarde del lunes. Que se encuentra bien y que el resultado es negativo.
Qué poco dura la felicidad en la casa del agorero, porque algunos ya se veían celebrando un final fatal para la monarquía en caso de que a “esa persona”, como lo llama Bárbara Rey, se le complicara la salud una vez que el horizonte judicial se le va despejando. Pero el 5 de enero cumplirá 84 años y tiene pinta de que lo hará en ese país tan ejemplar con los derechos humanos en el que lleva 16 meses, por mucho que quiera volver a España.
Mientras, María García García se quedará sin comparecer en el Senado porque el bipartidismo así lo quiso. Una mujer que ha hablado de todo: de maltrato, de ludopatía, de drogas, de una noche de amor con otra mujer. Que participó en la película 'Me siento extraña' en la que compartía escenas de cama con Rocío Dúrcal en 1977. Que lo contó casi todo, salvo lo que concierne a esa persona que reinó España durante 39 años.
Así que permítanme que les diga que, puestos a pronosticar, antes se extinguen las vedettes que la monarquía.