Es muy habitual recurrir a la parábola sobre el fango en política. Pero esa metáfora ha alcanzado una cota cruelmente real al leer el auto de la jueza de Catarroja que está investigando las responsabilidades de la Generalitat sobre la DANA. La relación de hechos dice que la mayoría de las muertes se dieron entre las 19:00 y las 20:00 de la tarde y que las autopsias concluyen que las muertes se dieron por obstrucción de las vías respiratorias por el barro. Murieron con los pulmones llenos de fango mientras Carlos Mazón seguía desaparecido entre restaurantes y bebidas espirituosas. El presidente se llenaba el gaznate con viandas y bebercios varios mientras los valencianos morían ahogados y con la garganta llena de barro. Esa imagen incontestable le acompañará para siempre entre los ciudadanos y no hay nada que pueda hacer que cambie. Está acabado.

A las tres de la tarde se fue a comer. A las 17:45 dejó su comida lúdico festiva con Maribel Vilaplana. Una comida con sobremesa, de la que no sabemos qué se consumió porque se niegan a presentar la factura. Algo que es relevante porque habría que saber si Carlos Mazón estaba en disposición fisiológica de atender a su trabajo. Carlos Mazón asegura ahora que no llegó al CECOPI hasta las 20:28 porque la jueza está buscando quién es el responsable de que la alerta se mandara tan tarde para imputarle por un posible delito de homicidio imprudente. Ha preferido obviar toda la versión que venía defendiendo al asegurar que estaba en todo momento al cargo de la situación y que llegó después de las 19:00 al centro de coordinación de emergencias. Pero ahora ya no le importa salvar su carrera política porque sabe que no tiene salvación, ahora solo busca no acabar en la cárcel. Pero las mentiras de Mazón no acaban aquí.

Varios testigos aseguran que Carlos Mazón estuvo a las 19:45, justo antes del envío de la alerta, lo que provocaría que se consolidara la versión de que se le estaba esperando para mandar la alerta, lo que provocó que las muertes se produjeran de manera masiva por la inacción del presidente. La Generalitat filtra un vídeo en el que Mazón llega al CECOPI a las 20:28, pero llegados a este punto no podemos descartar que fuera al volver de echarse un carajillo. Pero apunten una posible explicación. La noche del 26 al 27 de octubre, justo el día de la DANA, se produjo el cambio de horario, ¿y si la cámara no tuviera actualizado el horario?

El delirio es de tal calibre que Carlos Mazón está defendiendo que es buena idea decir que llegó más tarde aun todavía de lo que había defendido en un primer momento. El punto de locura ha llegado al punto de que quiere convencernos de que no llegó a las 19:00, sino que llegó a las 20:28 al lugar donde tenía que estar desde primera hora de la mañana. A las 10:00 de la mañana se declaró la emergencia por la alerta roja, a las 12:20 el 112 de la Generalitat alertó de peligro severo en las poblaciones de la rambla del Poyo, a las 15:21 la UME se desplegó en Utiel por las inundaciones severas, a las 17:35 el 112 informa de que en el caudal del río Magro se esperaba un caudal de más de 1000 metros cúbicos por segundo, un caudal similar al del río Ebro. Carlos Mazón defiende con esta cronología de hechos que apareció en el lugar de control de emergencias a las 20:28 y que hizo bien haciéndolo así. Más de diez horas después de que se declarara la alerta roja, más de ocho horas después de que se alertara del riesgo en la rambla del Poyo, más de cinco horas después de que la UME estuviera activa en Utiel y tres horas después de que un río como el Ebro estuviera a punto de arrasar la provincia de Valencia.

Nunca antes ha habido una degradación de la imagen pública tan masiva y en tan poco tiempo. Porque nunca antes se había mostrado como logro el no haber estado en el lugar de control de emergencias cuando se estaba produciendo la mayor tragedia de la historia contemporánea de Valencia. Hay una duda que no se ha resuelto y que cuando se sepa acabará con Mazón más quemado aún que en una falla. Todavía no sabemos dónde estaba Carlos Mazón cuando 224 valencianos estaban llenando sus pulmones de fango.