Lucas Vázquez es uno de los fijos de Zidane. Uno de los indiscutibles del Real Madrid en este tramo de temporada. Sí, lo es, porque ahora los blancos son, como a veces se dice, él y diez más. El gallego ha pasado de ser discutido a indiscutible en apenas semanas gracias a la confianza del galo y a unos partidos en los que ha sido de los más destacados.
Ante el Celta, volvió a demostrar la razón por la que es jugador del Real Madrid. Por la banda derecha hizo lo que tenía que hacer en un partido que el equipo de Zidane entendió a la perfección. Dejando el cuero a los vigueses, aprovecharon las debilidades de los de Couden para ganar y sacar tres puntos clave.
El primer gol fue prácticamente así, con un Aspas que casi marca y un Lucas que terminó anotando. Fue gracias a un pase preciso de Marco Asensio, rematado con precisión con la testa por el gallego.
En el segundo acto ambos intercambiaron papeles, pues Lucas fue el asistente y el balear quien finiquitó el envite tras la lesión de Iago Aspas.
Sí, fue el partido más vistoso de Lucas, un Lucas goleador que suma dos dianas tras la cosechada ante el Eibar. Pero cuando no ha lucido de tal forma su trabajo ha sido fundamental.
Lo fue desde el lateral derecho, desde donde demostró sus dotes en defensa, y también desde el extremo o el interior diestro. Ante el Atlético, mismamente, se salió. Todoterreno Lucas en un derbi en el que no dejó de correr y en el que lo hizo todo bien.
Y es que lo que no se pudo hacer con James y Bale, y lo que está costando con Isco, Zidane lo ha logrado con un Lucas Vázquez que está llamando, por qué no decirlo, a las puertas de la Selección que dirie Luis Enrique.
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