El Valencia - Real Madrid siempre es un enfrentamiento de alto voltaje. Se han vivido muchas imágenes históricas, pero en el último partido de liga se ha vivido una nueva acción surrealista.
Con 1-0 favorable al Valencia en el minuto 68, desde la grada ché se lanzó un balón al terreno de juego que quedó dentro del área valencianista. La jugada prosiguió con un ataque del Real Madrid, que precisamente llegó a la zona donde se encontraba el segundo balón.
Vinicius regateó a Thierry apurando línea de fondo, pero apareció una intervención inesperada. Eray Comert, central del Valencia, chutó el balón en esa dirección y ambos balones impactaron entre sí, arruinando la jugada de peligro.
La indignación entre los jugadores del Real Madrid fue palpable desde el segundo posterior a la acción y De Burgos Bengoetxea, colegiado del encuentro, mostró tarjeta amarilla al central valencianista y señaló falta en el punto donde ambos balones impactaron entre sí.
Acto seguido, el juego se volvió a parar debido a que Vinicius se quejó al árbitro de un insulto racista proveniente de la grada valencianista.
Insultos racistas sin culpable
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¿Qué pasó? Los hechos fueron gravísimos, lo reconoce el propio juez, pero solo lo corroboran los testimonios de la familia de la víctima. El aficionado acusado lo niega. La familia asegura haberse enterado por los medios de comunicación.