Sebastian Vettel está ante su última temporada en Aston Martin. A pesar de un buen primer año con el verdoso monoplaza, con un coche que sin estar al nivel del Racing Point de 2020 sí era competitivo, en esta ocasión los británicos no están donde se preveía en un comienzo y el alemán podría decir adiós.

Sin embargo, en la marca de las islas quieren seguir contando con él. Por su nivel, por sus cuatro Mundiales y también por todo lo que aporta a la evolución del coche, y por su nivel mediático.

Para ello, toca trabajo en la fábrica. Toca mejoras en un coche que ha sumado pocos puntos y también ha peleado por pocos. Barcelona, el GP de España, es la clave que apuntan tanto en Aston Martin como en otras escuderías.

Pero van a por todas, y es que tal y como han confirmado en 'Auto Motor und Sport, la idea que tienen es que "medio coche" sea completamente nuevo.

Con mejoras, según apuntan, "muy visibles" que les acercará según parece al concepto de Ferrari, con una parte trasera delgada y pontones más anchos.

El objetivo es claro: reducir el 'porposing', o incluso eliminarlo. El 'marsopeo', o 'efecto rebote', está volviendo locos a equipos y a pilotos, que lo sufren en exceso arriesgándose a problemas de espalda y cuello a largo plazo.

En caso de no llegar a tiempo para Montmeló, algo que puede suceder, la mejora la llevará uno de los dos coches... o bien se retrasará para Mónaco.

"Los problemas de entrega pueden retrasar todo una semana, o que solo una de los dos versiones del coche esté lista en Barcelona", relata Andy Green, director técnico del equipo.

Y avisa: "El coche debería ser inmune al rebote, y el coche se diferenciará mucho de su predecesor".