Después de años y años de dominio absoluto y monopolio total en el Mundial de pilotos y en el de constructores, Mercedes y Lewis Hamilton comenzaron a encontrarse con una realidad en 2021 (fueron superados por Red Bull) que les ha estallado en la cara en 2022.
La escudería de Brackley se encuentra muy lejos, a más de un segundo, de los de las bebidas energéticas y de Ferrari, y prácticamente igualados con Alpine, lo que hace casi imposible pensar que el británico pueda luchar por su octava corona para superar a Michael Schumacher.
A pesar de que en Arabia Saudí Hamilton cayese en Q1 y saliese desde la 15º posición en Yeda, en Australia, gracias a la nueva configuración del Mercedes, George Russell y Lewis han logrado marcar la 4º y 5º mejor crono respectivamente.
Sin embargo, el heptacampeón no se contenta con ello. "Casi consigo ser cuarto, lo que habría sido genial, mañana lucharemos por esa posición", ha señalado al bajarse del monoplaza.
"Aunque creo que en mi vuelta el coche aún tenía un poco más, es positivo, pero también estoy destrozado porque no pude extraer ese poco más", ha añadido en declaraciones a 'Express'.
Eso sí, Hamilton ha apuntado al principal problema del W13: "La peor parte es el 'porpoising'. Cuando giras, nunca sabes en qué posición lo vas a coger y el coche puede sobrevirar o subvirar dependiendo de dónde lo cojas, así que conducirlo es un verdadero reto".
De hecho, ha sido muy crítico con su rendimiento: "Cuando empujas, el coche es bastante rencoroso, es como una víbora o una serpiente de cascabel. Tenemos que encontrar un nivel de rebote en el que no se nos salga el cerebro del cráneo".
En declaraciones recogidas por 'Motorsport', el '44' se ha mostrado más contundente: "No me lo paso bien pilotando este coche".
"Es donde estoy. Hay un Ferrari que debería haber estado delante de nosotros, por lo que estoy agradecido por esa posición, no hemos hecho ningún progreso", ha señalado.
Sobre el futuro, Hamilton se mantiene escéptico: "Se necesita mucho tiempo para hacer cosas, diría que no hay nada emocionante por el momento. Me gustaría poder ser optimista, como si la próxima vez tuviéramos algo mejor, pero, por el momento, no lo tenemos".
"Es un segundo de distancia, es una brecha bastante grande, pero disfruto del papel de trabajar con el equipo", ha zanjado.
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