La FIA se está tomando muy en serio el asunto del 'porpoising'. Tras ver cómo Lewis Hamilton apenas podía bajarse del Mercedes en Azerbaiyán, el ente del motor se puso las pilas para combatir el llamado efecto rebote que está siendo el gran problema del Mundial en este 2022 de nuevas reglas para la F1.

Son muchos, por no decir todos, los pilotos de la parrilla de F1 que están sintiendo en sus cuellos y espaldas cómo el coche rebota en el asfalto, lo que da como resultado un problema para la salud de los corredores y también por su seguridad en cuanto a posibles incidentes sobre la pista.

Ahora, en esta semana de descanso que hay hasta llegar al GP de Francia, la FIA, la F1 y los directores de los equipos se han reunido para tratar el tema. Para poner fin a un 'porpoising' que se espera sea incluso más grave en 2023.

Según dicen, su objetivo es "reducir y quizá eliminar el problema a corto plazo". Consideran el asunto "un problema de seguridad importante", y a pesar de que se ha reducido en estas últimas carreras podríamos ver cómo regresa, y bien fuerte, en el resto de pruebas que quedan para finalizar el Mundial.

"Los equipos entienden cada vez más cómo controlar el problema", dicen, pero afirman también que el efecto será peor cuando los coches desarrollen más carga aerodinámica, algo que será "tendencia en 2023".

Las medidas que tienen pensadas, bajo la "responsabilidad y prerrogativa de la FIA" para intervenir en la seguridad de los pilotos, se pondrán en marcha desde el GP de Bélgica.

Quieren una solución a corto plazo, mirando también al futuro, y tienen clara la hoja de ruta a seguir. Habrá una métrica para medir el rebote, con todos los equipos teniendo que estar por debajo de ese valor. Además, se medirá el desgaste y la rigidez.

Lo primero se podría ya ver en el GP de Francia, para ver cómo se manejan los coches en cuanto a las configuraciones. De cara a 2023, la FIA ya avanza que será obligatorio levantar 25 milímetros los bordes del suelo, la parte central del difusor, un sensor más fiable y pruebas de dlexión lateral del suelo.

Está por ver si todo eso es bastante para que las cabezas de los pilotos dejen de botar en los coches, y si hay equipos que sienten más este cambio en la aerodinámica en cuanto a sus resultados deportivos.