Max Verstappen ganó el polémico Gran Premio de Italia. Pese a la victoria, tanto el neerlandés como su equipo, Red Bull, se unen a las críticas de Ferrari y los aficionados acerca del final de carrera en Monza y las decisiones de la FIA.

El actual campeón del mundo se mostró contrariado sobre la parte final del gran premio y lamentó que acabase de esa manera: "Podríamos haber controlado la diferencia con Leclerc. Lamentablemente, no pudimos reanudar la marcha bajo tras el coche de seguridad".

El neerlandés no pareció importarle correr el riesgo de que la carrera se reanudase con el monegasco pegado a su rueda, una situación que le hubiera perjudicado, ya que como el mismo mencionó, tenía la diferencia "controlada" antes del Safety Car provocado por el abandono de Ricciardo.

Red Bull, también en contra de la decisión

Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, concordó con la opinión de su piloto y también considera que se tenía que haber reanudado la carrera. El británico hasta desveló el motivo que cree que desencadenó todo: "Creo que se puso (el Safety Car) delante del coche equivocado, el de George Russell".

"No queremos ganar una carrera bajo un coche de seguridad. Eso es algo de lo que hemos hablado durante muchos, muchos años, que deberían terminar, y hubo el suficiente tiempo como para hacerlo. Teníamos el monoplaza más rápido, y nos hubiera gustado vencer en la pista, no detrás del coche de seguridad, así que compartimos la decepción de todos los aficionados porque nos han quitado un final para las gradas", ha asegurado Horner para 'Sky F1'.

"Tenemos que analizar los detalles, pero, para mí, hubo tiempo más que suficiente para volver a reanudar la carrera", ha añadido el jefe de equipo de Red Bull.