Joan Mir ya es nuevo campeón de MotoGP. El piloto balear de Suzuki cumplió con los requisitos en Cheste para salir de Valencia con la corona de la categoría reina del motociclismo tras un carrerón que puso el broche a una temporada inolvidable.
No había público en las gradas del Ricardo Tormo para celebrar con ellos el título, pero sus compañeros de trabajo le dieron en la entrada a meta su más absoluto reconocimiento.
Porque Mir entró por la línea a cuadros a lo campeón, tras una prueba en la que no se volvió loco ni buscó la gloria, más allá claro está de lo que ya de por sí supone ganar un Mundial de MotoGP.
Con la calculadora en la mano, Mir hizo lo que debía y se pudo dar un baño de multitudes en la línea de meta.
Y luego otro más con su equipo y sus más allegados. Porque en Suzuki, este Mundial es tan especial como lo es también para Joan Mir. Los japoneses llevaban 20 años sin saborear la gloria en MotoGP, desde que hace 20 años Kenny Roberts Jr. les diese su último entorchado.
En cuanto se bajo de la moto, Joan Mir estalló de júbilo y alegría, y sus lágrimas, de emoción, eran evidentes incluso con el casco puesto.
Porque ganar el primer Mundial siempre es especial, y este chaval de 23 años, este mallorquín, ha escrito con letras de oro su nombre en la categoría reina del motociclismo en el mundo.
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