Los últimos años de Jorge Lorenzo en MotoGP no fueron como el mallorquín habría soñado. Cansado de su estancia en Yamaha, el pentacampeón de motociclismo decidió hacer las maletas poniendo rumbo a Ducati.
En 2017 Jorge Lorenzo llegó a Italia para vestirse de rojo debido a la "falta de motivación". Sin embargo, el piloto no fue capaz de acostumbrarse a la nueva moto: "Pilotándola como la Yamaha, no funcionaba. En Ducati no me salían las cosas".
"Hasta que lo entendí, no empecé a ser competitivo, pero Ducati perdió la paciencia después de un año y medio sin resultados. Ya no confiaban en mí. No me ofrecían ni un millón de euros cuando los contratos de esa época eran de doce. Preferían a un piloto como Petrucci. No tenía ni una oferta", admitió Lorenzo sobre su situación para la temporada 2019 en una entrevista en el canal de YouTube 'Tengo un plan'.
Lorenzo consiguió hacerse con un contrato para correr en Honda con el objetivo de volver a lo más alto. A pesar de ello, su estancia con los japoneses no fue mucho mejor. Tras la fuerte caída en Assen en la que se rompió dos vértebras, Jorge Lorenzo fue consciente de que quizás no valía la pena jugársela a esas alturas y acabó anunciando su retirada: "Ahí le cogí miedo de verdad. No tenía sentido perderlo todo en un instante y no poder disfrutarlo por hacerme daño".
"Pasé de querer volver a ser campeón del mundo y ser rápido con la Honda a querer retirarme y disfrutar de la vida. La Honda retiró a muchos pilotos. Retiró a Pedrosa, a Pol Espargaró, a mí y a Márquez no le ha quedado otra que irse. Solo tienen caídas y malos resultados", concluyó.