Jannick Sinner está demostrando ser el tenista más en forma del planeta. Tras alcanzar la final en Pekín, y perder ante Carlos Alcaraz, el número uno del mundo se ha impuesto a Novak Djokovic en la final del Masters 1.000 de Shanghái.

A pesar de sus éxitos, la temporada de Sinner está siendo complicada por el ámbito extradeportivo. Tras su positivo en clostebol, el italiano sigue pendiente de la resolución del caso que, cabe recordar, reabrió la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) hace pocas semanas.

Dentro de su juego y viendo los resultados, parecía que Jannick estaba siendo capaz de separar la competición con la polémica generada por el caso. Pero el transalpino, tras ganar a Djokovic en dos sets, ha reconocido que no lo está pasando bien: "Está siendo un año muy, pero que muy difícil para mí por las circunstancias tan complicadas que estoy teniendo que vivir".

"He perdido la sonrisa durante muchos tramos de la temporada por todo lo que está sucediendo y no es fácil competir así. Trato de mantener la calma y desplegar la mejor energía posible. Lo fundamental es tener bajo control lo que se puede controlar, y asumir con naturalidad y mantener la compostura con temas ajenos", ha confesado Sinner en rueda de prensa.

El número uno del mundo también confiesa que todo lo sucedido con el caso le termina pasando factura en la pista: "Quizá la gente piense por ganar torneos no me están afectando los problemas, pero no me encuentro en una situación cómoda. Desearía poder jugar con más libertad y disfrutando mucho más en la pista".

"No me queda otra que aceptarlo, intento mantener la concentración y no pensar en nada de eso cuando estoy en pista. Lo que tengo claro es que el éxito no me va a cambiar como persona. Sé en quién puedo confiar y estoy orgulloso de contar con ellos", concluye Sinner.