Novak Djokovic es humano. Ese es el resumen de lo que ha intentado transmitir Juan Carlos Ferrero, entrenador de Carlos Alcaraz, antes de la final de Wimbledon de este domingo (15 horas). Las estadísticas del serbio son salvajes en este torneo, pero Ferrero confía en su pupilo.
Y pide que no se "agigante" a Novak: "Considero que si agrandamos todavía más al gigante es imposible ganarlo. Yo opino que vamos a ir a por todas, a por él, olvidándonos un poco de las estadísticas, porque, si no, así va a ser muy complicado".
"Es un jugador con dos brazos y dos piernas, igual que nosotros, tiene que generar otra vez un partido muy bueno para ganar a Carlos. Sabemos que lo puede hacer, pero nosotros vamos a intentar estar al 100% y generar un buen partido", ha comentado el exjugador.
Nole es "completísimo" y prefiere no desvelar si le han encontrado debilidades a su tenis: "Eso queda entre nosotros. Yo creo que ya conocemos muy bien a Novak, para decirlo yo ahora, y que él esté todavía más fuerte mañana. Sabemos que es un jugador completísimo, lo ha demostrado muchísimas veces, tanto de derecha como de revés, como de saque".
"A nivel mental en este tipo de situaciones se crece mucho y por eso es el mejor de la historia. A partir de ahí, Carlos le ha ganado una vez, ya le pasó lo de París y tiene las dos experiencias, así que hay que intentar, de cara a la tercera, estar todavía mejor que las dos anteriores", explica.
La lesión de Roland Garros
En Roland Garros Alcaraz sufrió calambres por la tensión. Algo que quieren evitar ese domingo. "Al final, cuando vas jugando más veces contra alguien, aprendes a manejar los tiempos. Creo que la situación es parecida. Tal vez un poco aquí el favoritismo lo tiene más Djokovic, con lo cual eso le favorece un poquito a Carlos a la hora de estar un pelín más tranquilo", ha detallado Ferrero.
La clave es que Carlitos encuentre su juego: "Que juegue tranquilo, fluido, como hizo ayer o durante todo el torneo, tal vez excepto un poco con Rune, que salió un poquito más tenso. Aun así, bueno, hay que plantear el partido desde la posible tensión y nerviosismo. Considero que no se sale a una final de Wimbledon relajado y tranquilo desde el principio y sobre todo también por las dificultades que nos va a crear el rival".