Qué ganas había de volver a escuchar ese grito de Rafa Nadal. De ver de nuevo al balear alzar el brazo. De celebrar un punto. Un juego. Una victoria. En dobles no pudo ser, pero en el partido individual de Brisbane que suponía su vuelta a las pistas 'en solitario' tras casi un año sí sucedió. Porque Nadal, porque el 22 veces campeón de Grand Slam, ha regresado.
Ha vuelto a la senda de la victoria. A sonreír. A cerrar el puño con rabia. A dejar esos golpes con su zurda que tan lejos le han llevado tanto en el tenis como en el deporte en general. Y eso que enfrente no estaba un cualquiera, porque Thiem, Dominic Thiem, también es un campeón de Grand Slam.
El US Open 2020 ganó el austríaco. Un jugador que ha sufrido y no precisamente poco en Brisbane. Tanto por sus rivales como por incluso ver a la segunda serpiente más venenosa del planeta colarse en un partido. Ante Nadal, al final, sucumbió.
Triunfal Nadal
Normal que lo hiciera, porque cómo estuvo Rafa. Cómo se mostró con su servicio. Como si no se hubiera ido, y eso que lo normal habría sido sentir 'algo' tras tanto sin jugar. Tan solo por volver. Tan solo por esas 'mariposas' que vuelan en el estómago por la emoción o los nervios. Él no. Él, sin dudar. Seguro de sí mismo. Seguro de su juego. Seguro de su físico.
Así llegó el primer set. Con golpes 'made in Nadal'. Con esos milimétricos golpeos imposibles para su rival. Controlando todo. Manejando la situación. Cuando tuvo que romper a Thiem, rompió a Thiem. Cinco a siete. Primera manga para Rafa.
Y en el segundo set, 6-1
En la segunda, no pudo ser más dominante el balear. Si en la primera todo acabó con un 7-5, en la segunda Nadal se paseó con un 6-1 demostrando que el físico le responde a la perfección. No hubo rival en el austríaco. No hubo rival delante de un jugador que ha dejado claro lo que se venía especulando.
Que ha dejado claro que su preparación ha sido perfecta. Que su recuperación ha ido como debía ir. Que ha vuelto. Que esos golpes ganadores han regresado. Que vamos a escuchar, y no poco, esos gritos de victoria. Que vamos a ver su brazo, ese famoso bíceps de su izquierda, más que a menudo.
Porque Nadal está de vuelta. Porque Rafa está de nuevo en pista. Porque el balear, uno de los mejores sino el mejor deportista español de todos los tiempos, quiere tener un 2024 a la altura de su leyenda.