El 'caso Djokovic' está provocando un auténtico terremoto ya no solo en el mundo del tenis y del deporte, sino que está teniendo sus réplicas en la actualidad social y política.
El número 1 del mundo se mantiene aislado en un hotel de Melbourne a la espera de que el lunes se resuelva la apelación presentada por sus abogados después de que al serbio le impidiesen este miércoles la entrada al país al no cumplir con los requisitos que contempla la exención médica concedida por el Gobierno 'aussie' 24 horas antes.
Srdjan Djokovic, su padre, se ha pronunciado a través de una conferencia telemática en la que ha llegado a comparar la figura de su hijo con la de Jesucristo en la cruz.
"Lo mantienen cautivo. Nuestro Novak, nuestro orgullo. Novak es Serbia y Serbia es Novak. Están pisando a Novak y de esta forma también están pisando a la gente de Serbia", ha señalado.
"Ellos clavaron a Jesús en la cruz y lo mismo están haciendo con él. Él resistió y aún vive con nosotros. De la misma forma están intentando crucificar a Novak. Lo subestiman para ponerlo de rodillas", ha añadido.
Paralelamente, Scott Morrison, Primer Ministro de Australia, ha explicado que las normas del país se aplican por igual a toda la ciudadanía y no habrá trato especial para 'Nole', que veía el Open, su torneo fetiche, como una posibilidad para superar a Rafa Nadal y Roger Federer como el tenista más laureado de la historia (los tres suman 20 Grand Slams cada uno).