Viéndole repasar sus folios cualquiera diría que Álvaro Pérez traía el guión aprendido, pero el Bigotes es pura improvisación y quería que se le oyera alto y claro.

Él está acostumbrado a jugar duro: "Es que como me atizan tanto tengo la espalda como un gladiador de latigazos", declara. Y como le importa poco el que dirán: "Lo que quieran decir en las tontulias de televisión y los tontulianos, hablarán y hablarán".

Se ha explayado, lo primero, él también entraba como Pedro por su casa en Génova: "Tenía una tarjeta y tengo, por si alguien la necesita".

Álvaro Pérez, 'El Bigotes'

Dicen en el PP que esa tarjeta está caducada, pero no tiene pinta que Pérez, quiera volver a usarla: "La presión es tremenda. No es lo mismo trabajar para el PP que para Coca-Cola".

No ha perdido el bigotes la chispa en la cárcel, esto responde cuando le preguntan por su número de teléfono: "Jamás me he aprendido un teléfono porque como no me llamo nunca".

Al hilo telefónico, gracietas cuando le pinchan una de sus viejas conversaciones, en la que tardó en descolgar: "A lo mejor no estaba".

Juan Nieto

Y más bromas cuando le preguntan por las Cajas 'B': "De zapatos nada más pero con zapatos dentro". Show para regocijo de la sala y especialmente de Crespo y Correa que se deshacen de la risa: "Caca de vaca es lo que me daban a mí".

Llegado a este escatológico punto, pide tiempo muerto: "Puedo levantarme un segundo al baño ya, porque es que le juro que muero aquí".

costa

A la vuelta Bigotes habla de Biscotes: "Siempre que hablábamos de biscotes, magdalenas, bizcochos o tartas, hablábamos de dinero". Símiles panaderos para el empresario Enrique Ortiz.

Pero el principal acusado ya está cansado y pide tregua: "Me he levantando a las cinco de la mañana, ¿podemos irnos ya, por favor?". Fin de la función. Algunos a casa y otros a la celda.