Arrancaba la Fórmula 1 en el circuito urbano de Valencia. Desde el Gobierno de Francisco Camps aseguraban que no se pagaría ni un euro de dinero público.
Una década después, sabemos que ha costado 308 millones de euros. Lo que equivaldría, según Ximo Puig, a la construcción de 60 colegios o la creación de 16.000 puestos de trabajo.
Camps anunció este proyecto justo en el arranque de su campaña electoral. El magnate de las carreras Berni Eccleston condicionó el gran premio de Valencia a que "su amigo Camps" ganara las elecciones.
Ahora puede ser una pesadilla para Camps, investigado en tres causas en dos juzgados diferentes, por malversación y prevaricación en la Fórmula 1. Aunque a día de hoy lo siga negando todo.
Según la UDEF, compraron la empresa en quiebra Valmort Sport por un solo euro, asumiendo una deuda de 34 millones y convirtiendo a la Generalitat en avalista y garante de la deuda.
También se investigan las negociaciones previas para traer a Valencia el gran premio de F1 y la construcción del circuito. Un trazado por el que se habrían cobrado mordidas, como habría confesado el exsecretario general de los valencianos Ricardo Costa.
Fueron 15 días de carreras en cinco años. Ahora el Gobierno valenciano seguirá hipotecado hasta 2023 y tendrán que seguir pagando siete millones y medio cada año.