Desde octubre, Rosario, una mujer de 66 años, y su hijo dependiente viven en un trastero de solo cinco metros cuadrados. Fueron desahuciados de su anterior vivienda y este pequeño espacio se ha convertido ahora en su casa porque no han encontrado alternativa.
"Pagaba 360 euros de alquiler, me desahució la dueña porque lo vendió", relata Rosario a laSexta. Sus otros tres hijos viven en una situación precaria y no la pueden ayudar. "Mis hijos no tienen trabajo, dependen de mi pequeña paga", detalla la mujer.
Todas las noches, Rosario y su hijo sacan un colchón hinchable y lo enchufan a una toma de corriente eléctrica para poder en el pasillo. "Dormimos al final para no molestar", cuenta Rosario. Paga 50 euros al mes por el uso de trastero, que dispone de baño, pero no posee el permiso para poder habitar allí.
Ella ha solicitado una vivienda de alquiler social en varias ocasiones, pero aún sigue a la espera. Está cansada de vivir en un trastero, pero asegura que es el único espacio que se puede permitir. "Me da igual cómo me lo den, yo quiero un techo", reclama, entre lágrimas, la víctima.
De lunes a viernes, Rosario acude a una entidad solidaria donde recibe cinco comidas y fruta y verdura para sus hijos. Gracias a su visibilidad en los medios a Rosario ya le han ofrecido una habitación, pero en el comedor social al que acude normalmente afirma que aún quedan "muchas Rosarios a las que ayudar".
Multitudinaria manifestación en Valencia
Una madre, contra la desastrosa gestión de los centros educativos en las zonas afectadas por la DANA: "Las cosas no se están haciendo bien"
"Las cosas no se han hecho bien, ni se están haciendo bien", ha indicado esta madre del colegio Jaume I, de Paiporta. Protesta por el caos y desorganización en la gestión, así como por la ausencia de "caminos seguros" para asistir a ellos.