La reducción de la jornada laboral no va a afectar por igual a todos los sectores. Un peluquero confiesa que está de acuerdo con ella, pero que no sabe cómo aplicarla porque tan solo tiene una trabajadora a su cargo.

Por otro lado, el propietario de un bar comenzó hace unos meses a reducir la jornada de trabajo de sus empleados. "La idea es pasar de 40 horas a 35", les anunciaba, es decir, este nuevo horario les da la oportunidad, como bien recalca una de las camareras, a librar tres días. "Y se supone que tenemos que decir si nos parece bien o mal", dice entre risas, y acto seguido suelta, sin poder disimular la emoción: "¡Nos parece fenomenal! A mí por lo menos".

"La clave para reducir horarios era compactar el horario de trabajo", explica el empresario, y explica que no tiene "sentido" estar abiertos desde "las 12 de la noche hasta las dos de la mañana" porque facturan poco. "La medida de reducir la jornada no es solo lógica, sino necesaria. Hay que cambiar la forma de entender la hostelería y hay que dignificar el oficio. No todo vale. A mí me funciona este tipo de negocio", concluye el propietario del restaurante.