Sami Khedira era uno de esos jugadores que enamoran a sus entrenadores. En un fútbol en el que mandan los goles, las asistencias, los regates y, en ocasiones, las paradas, el juego de recuperación, el futbolista denominado como 'escoba', es el que enamora al jefe del banquillo.
Es lo que le sucedió al excentrocampista alemán en el Real Madrid con José Mourinho y en Alemania de la mano de Joachim Löw; se hizo imprescindible para ambos técnicos por su labor en la medular, ese trabajo sombrío que permite a los de arriba frotar la lámpara.
Ahora, ya con la mira del jugador retirado, Khedira ha repasado en 'ESPN' su etapa en el Madrid: cómo se desarrolló su fichaje, cómo se vivió la rivalidad contra el Barça de Guardiola y qué pasó para que todo se rompiera un año antes de levantar la décima.
Su fichaje tras el Mundial de Sudáfrica de 2010
"Después de la derrota ante España, estaba realmente molesto. Estaba deprimido y pensando que tal vez jugar contra España era un paso demasiado lejos para Alemania. Entonces recibí un mensaje de texto de mi hermano. Me dijo: 'Mourinho te llamó'. Dije: '¿Qué?'. Y él dijo: 'Sí, él quiere que seas su 6".
"Yo era muy joven y no lo creía. Pero luego tuve una llamada con José y me dijo: 'Sí, eres un jugador increíble y un tipo increíble, quiero que te unas a mí en el Real Madrid'. Mi agente luego voló a Madrid. Tuvimos las charlas, pero solo fueron uno o dos minutos. José dijo: '¿Cuáles son tus expectativas?' Dije que quería ganar. Y él dijo: 'Eso es genial, te veo en Los Ángeles en dos semanas'... ¡y eso fue todo!".
Aterrizaje en el Bernabéu
"Ir a Madrid fue una de las mejores experiencias de mi vida. Conocer a José y trabajar con él fue genial. Abrió la puerta al más alto nivel del fútbol. Aún recuerdo mi primer entrenamiento, fue en UCLA , me dijo que nuestros partidos serán de 90 minutos, entonces nuestro entrenamiento será de 90 minutos y todo con balón. Pensé que era genial, ya que sería fácil en comparación con Alemania, donde siempre corremos. Pero después de la primera sesión, estaba muerto. Fue constante: 10 contra 10, 6 contra 6, sin descanso si la pelota sale. Estaba tan cansado, pero feliz porque siempre teníamos la pelota. Tenías que correr y tenías que pensar".
"Después de esa sesión, regresamos al autobús, y él estaba solo dos filas por delante, y me envió un mensaje de texto: 'Eres un jugador increíble, mira mi alineación para mañana. Vas a empezar mañana'. Miré a mi alrededor después de recibir el mensaje de texto y lo vi mirándome y sonriendo. Fue increíble y me dio mucha confianza. Me necesitaba para realizar el trabajo para los otros genios en el campo. Se me pone la piel de gallina pensando en eso".
El Barça de Guardiola
"Para ser honesto, disfruté mucho la rivalidad con el Barcelona. Siempre fue muy especial. El mundo entero esperaba este partido. Quizá fue demasiado a nivel personal, pero empujó a ambos equipos. Fueron algunos de los mejores partidos en los que he jugado".
"Incluso como madridista, puedo decir que el equipo de Barcelona de 2010 fue uno de los mejores equipos de la historia. Xavi, Iniesta y Busquets nunca perdieron el balón. No puedes conseguir el balón, pero tienes que encontrar soluciones, teníamos que anticiparnos. Si consigues el balón, no estarán organizados, así que inmediatamente atacamos. Tuvimos 10 o 12 Clásicos y solo perdimos dos. Así que esa fue nuestra táctica".
El final de la 'era Mourinho'
"Al final, digamos que había demasiados egos en el vestuario. Los egos vencieron al espíritu del vestuario y el vestuario se perdió. Tal vez era normal después de dos años intensos. Hablamos de ganar Clásicos, la Copa del Rey, La Liga, con récord de goles y puntos. Los jugadores se cansaron de eso. En la tercera temporada fuimos eliminados contra el Dortmund y quedamos segundos o terceros en LaLiga. La gente estaba cansada del liderazgo".
Los dos Cristianos
"Conocí a dos Cristianos, el primero en el Real Madrid, un poco más joven y quizás un poco más inseguro y egoísta. No en el mal sentido, pero tenía que encontrar su personalidad. Marcó muchos, muchos goles y estuvo fantástico, pero no tuvo tanta influencia en el equipo".
"Luego mi segunda experiencia con Cristiano, en la Juventus, llega al equipo y tiene ese mismo egoísmo que es egoísmo de marcar, pero era más líder, más líder natural. Siempre nos empujó y sabía que necesitaba el apoyo de sus compañeros para ganar trofeos. No me malinterpreten, siempre fue parte del equipo en el Madrid, pero en la Juventus era un poco más maduro. Siempre centrado en el campo, pero un poco más relajado después de tener hijos. Es tan competitivo... En los entrenamientos todos querían ganarle a Cristiano o si estabas en su equipo querías ayudar a Cristiano a ganar".