Novak Djokovic venció a Juan Martín del Potro en la final del Abierto de Tenis de EE.UU., que por primera vez se celebró bajo techo por la lluvia, un torneo que encumbra al serbio pero que el argentino, que acabó llorando consolado por McEnroe y el propio Djokovic, disputó a un gran nivel.
La bajada de más de 20 grados respecto a jornadas anteriores ayudó a preservar las fuerzas de ambos tenistas en aras del buen espectáculo, en un partido que duró 3 horas y 16 minutos y que por momentos pareció un "partido de fútbol" debido a los cánticos de los aficionados argentinos y serbios.
La pista central de Flushing Meadows, en el Arthur Ashe Stadium, estaba llena a rebosar con cerca de 24.000 personas para presenciar el partido, con los habituales famosos de Nueva York, como la actriz Meryl Streep, que no se pierde una: el viernes pasado estuvo también en el concierto de Paul McCartney en Grand Central Terminal.
La leyenda del tenis español Manolo Santana tampoco quiso perderse la final, que acabó con tres sets favorables a Djokovic, 6-3, 7-6 (4) y 6-3, lo que le permite arrebatar a Del Potro el número 3 en el ránking de la ATP, lo que hace bajar un puesto al argentino y permite al español Rafael Nadal seguir como número 1.
El partido empezó muy igualado hasta el 3-3, en una suerte de tanteo para conocer las fuerzas del contrario, si bien las gradas se se decantaban por Del Potro con cánticos desde el gallinero más propios de las canchas de fútbol argentinas, lo que a medida que avanzó el partido fue compensado por la afición serbia.
Tras un juego en blanco a favor de Djokovic (4-3), el serbio aprovechó los errores del argentino, al que le buscaba el revés en todo momento. Pese a algún ace de Del Potro a más de 200 km/h, Djokovic se hizo con el primer set por 6-4.
Ahí apretó el acelerador el serbio y le rompió de nuevo el saque para ponerse en 3-1 en el segundo set, en lo que parecía iba a ser un baño del serbio.
El gran ambiente favorable al argentino en la pista central del Corona Park llegó a descentrar en algún momento al serbio, que mandó a callar al público de muy malas maneras en más de una ocasión.
Djokovic pareció descentrarse y Del Potro, con un juego más agresivo, logró romper el saque al serbio e igualar las cosas de nuevo. Pero con el 4-3, Djokovic se vino arriba y reclamando con aspavientos el apoyo de los suyos volvió a enderezar su juego ante un Del Potro que se resistía. Ese fue un momento clave del partido. 4-3 e iguales.
Del Potro tomó ventaja con un passing shot espectacular, mientras el serbio respondía con concentración apurando cada vez los 25 segundos del reloj para el servicio. Nos vamos a 6 'deuce'.
El 'drive' de Del Potro hace temblar a Djokovic, que dilata su saque quejándose de las bolas a la árbitro y al final se adjudica el juego más largo del partido (20 minutos) superando tres bolas de break en contra. Con el 4-4 y la imposibilidad de romperle de nuevo el servicio, Del Potro ganó el siguiente juego (5-4), si bien se quejaba de algunas gotas que caían en su lado de la pista.
Por momentos parecía que había guerra psicológica entre ambos jugadores y la árbitro, que se limitaba a atemperar la euforia de las gradas.
Como no, el mejor desenlace de una situación así debía ser el tiebreak. 2-1 a favor de Del Porro y el serbio se enfada con un pelotazo en el piso.
Pero los errores no forzados del argentino meten a Djokovic de nuevo en la disputa del set y se lleva de nuevo la manga con un 7-4 en el tiebreak.
El tercer set también tuvo sus momentos engañosos. Djokovic se puso rápidamente en un 3-1, para luego Del Potro recuperar hasta el 3-3.
El serbio, con menos errores que el argentino se llevó la tercera y última manga por 6-3. Djokovic arrebató así a Del Potro el trofeo y, por cierto, los 3,8 millones de dólares que van incluidos en el premio al mejor en Fushing Meadows.
En la entrega de premios, Del Potro se mostró feliz por llegar a la final, si bien "triste" por no poder dar el triunfo a la afición: "Sentí la energía de toda Argentina. Puedes ganar o perder un partido, pero yo me llevo lo mejor, que es el cariño de todos ustedes", dijo dirigiéndose a la hinchada argentina.
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Djokovic agradeció por su parte a su familia y equipo el apoyo "determinante" que ha recibido en los últimos meses para llegar hasta aquí después de las lesiones. Djokovic, de 31 años, suma 14 títulos de Grand Slam y este es su tercer US Open.