Nabilla Vergara es una influencer y modelo francesa con más de seis millones de seguidores en las redes sociales que no se pierden detalle alguno de la pomposa vida que comparte. Igual que tampoco se han perdido detalle los ladrones, que le han sustraído joyas por un valor superior a los 150.000 euros.
Los cacos han aprovechado la celebración de su boda por todo lo alto para colarse en la habitación de su hotel en París y actuar.
"Hemos sido víctimas de un robo [...] Había joyas que mi abuelo nos había regalado a mí y a mi abuela. Son cosas sentimentales que no tienen precio para mí", denunciaba ella públicamente en sus redes sociales, donde también colgó al día siguiente el vídeo del momento en el que salía a cazar a los ladrones.
Nabilla Vergara fue víctima del peligro de vivir en una realidad tan expuesta en Internet y, por desgracia, su caso no es el único.
"Todavía estoy molesta y creo que lo estaré durante mucho tiempo [...] han robado tantos recuerdos, pero ya se han ido": este era el post que publicó Alice Campello, mujer de Álvaro Morata, días después de que entraran a robar en su casa con ella y con sus hijos dentro.
Según la investigación, entraron rápido porque los ladrones sabían dónde iban. Las habitaciones y plantas aparecen en sus redes sociales y pudieron tener acceso a todas ellas simplemente a golpe de clic.
En 2016 Kim Kardashian sufrió el 'robo del siglo': en apenas diez minutos fue maniatada en la habitación de hotel donde descansaba y le sustrajeron joyas por más de seis millones de euros. Yunise Abbas, el ladrón, ha roto su silencio y ha afirmado públicamente que fue algo sencillo: "Fue una operación que me pareció fácil, de hecho, fue fácil". Su objetivo, según él mismo ha reconocido, era conseguir "el diamante" después de que ella subiera fotos con esta joya.
Todo por llevar una vida muy expuesta en redes sociales que los ladrones aprovechan para robar.
Arrestado en Murcia
Detenido el asesino de Talavera, uno de los diez fugitivos más buscados por la Policía
Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.